lunes, 7 de agosto de 2017

Lluvia de estrellas

Lluvia de estrellas

Cuando un objeto astronómico (más comúnmente un cometa), se adentra en el interior del Sistema Solar, la interacción con el viento solar hace que su superficie se active. Los gases y materiales de la superficie del cometa salen despedidos al espacio, y pasan a orbitar al Sol en órbitas muy similares a las de su cometa de origen. Así se forma una corriente o anillo de partículas, denominado técnicamente enjambre de meteoros. La órbita terrestre cruza algunos enjambres de cometas de periodo corto, produciendo lluvias de meteoros anuales, como las Leónidas o las Perseidas. Cuando la actividad de una lluvia de meteoros sobrepasa los 1000 meteoros por hora, se la denomina tormenta de meteoros.

Se cree que algunos asteroides pueden ser cometas exhaustos, es decir, cometas que han perdido todos sus elementos volátiles. Por eso, alguno de estos fenómenos tiene a asteroides como cuerpo progenitor. Es el caso de las Gemínidas, que se encuentran en la órbita del asteroide (3200) Phaeton.Al entrar un meteorito en la atmósfera terrestre, se observa un trazo luminoso llamado estrella fugaz o meteoro. Este efecto luminoso está producido por la ionización de la atmósfera que genera la partícula. La mayor parte de meteoros tienen el tamaño de granos de arena y se desintegran a unos 80 o 100 kilómetros de altura. Algunos con masa mayor llegan a tener un brillo considerable, y se los denomina bólidos (en inglés, fireballs). Sólo cuando los meteoroides poseen una masa considerable pueden atravesar la atmósfera por completo hasta llegar a la superficie. Estos meteoroides pasan a recibir la denominación de meteoritos.

Que son las estrellas fugases o meteoros

Las estrellas fugaces (o meteoros, que es lo mismo) son pequeñas partículas (normalmente, entre un milímetro y varios centímetros) que al entrar a gran velocidad en la atmósfera de la Tierra se "queman" por la fricción (en realidad el brillo se debe a la ionización del aire a su alrededor) y producen el trazo luminoso que surca rápidamente el cielo y que llamamos estrella fugaz.

Su aspecto es muy variado. Pueden brillar mucho o poco. Su trayectoria puede ser corta o larga. Algunas pueden dejar una estela unos instantes y otras no. Normalmente son bastante rápidas (¡desaparecen antes de que nos dé tiempo a decirlo!) pero también las hay lentas, que pueden durar varios segundos. En ocasiones pueden mostrar algún color: rojizo, verdoso, azulado, etc. según la composición química del meteoro.

El origen de estas partículas está en los cometas, que a su paso van perdiendo material y dejándolo tras de sí.

Si la partícula es grande (unos centímetros), el meteoro será muy brillante y recibe el nombre de bólido. Lo que vemos brillar es la bola de aire ionizado que los rodea. Los bólidos pueden ser espectaculares por su brillo, que puede hacer que se vean incluso de día. Algunos pueden fragmentarse durante su trayectoria, presentar destellos o pequeñas explosiones, o hacer ruido. Con frecuencia dejan una estela persistente durante unos momentos (es el rastro de aire ionizado que dejan atrás), o una estela de humo. A veces pueden brillar lo suficiente como para verse detrás de las nubes, y entonces veremos éstas iluminarse al trasluz unos instantes


os meteoros o estrellas fugaces se pueden observar en cualquier noche despejada, aunque en determinadas noches del año son más abundantes (lluvias de meteoros). Ver más sobre cómo observar las Perseidas y otras lluvias de meteoros.


La fricción atmosférica es capaz de quemar meteoros de hasta varios kilos. No obstante, si una partícula es demasiado grande, puede no desintegrarse en su totalidad y alcanzar la superficie de la Tierra. El meteoro recibe entonces el nombre de meteorito. Nuestro planeta está recibiendo constantemente meteoritos de tamaño microscópico y mayores.

0 comentarios:

Publicar un comentario