La materia oscura apareció en el radar de la mayoría de los
científicos en 1974, gracias a las observaciones de la astrónoma estadounidense
Vera Rubín, quien notó que las estrellas que orbitan alrededor de los agujeros
negros en el centro de las galaxias en espiral como la nuestra lo hacen a la
misma velocidad, independientemente de la distancia a la que se encuentran del
centro.
Esto no debería ocurrir, y no pasa aparentemente en sistemas
comparables como nuestro Sistema Solar, en el que la velocidad de los planetas
atrapados por la gravedad de la órbita solar se ralentiza cuanto más lejos se
encuentran de la estrella.
Neptuno, por ejemplo, demora 165 años terrestres en dar una
vuelta al Sol.
Esto es lo que nuestro entendimiento de la gravedad nos dice
que debería ocurrir.
Las estrellas observadas por Rubín moviéndose a la misma
velocidad fueron una sorpresa: tenía que haber algo más allí -que provea más
gravedad- de lo que podemos ver. Materia oscura.
La materia oscura, entonces, es un término genérico para eso
(materia) que debe estar allí, pero que no podemos ver (oscura). Pero los
científicos, realmente, no saben qué es.
Esto no quiere decir que no se haya progresado en el tema.
Se cree ahora que la materia oscura no es sencillamente materia ordinaria
formada por gas y polvo de estrellas muertas que es oscura sólo porque no
brilla.
Hay un consenso en que es un miasma (aún no identificado) de
partículas fundamentales como los quarks y los gluones que conforman los átomos
con los que estamos mucho más familiarizados.
En los años 80, Frenk y sus colegas anunciaron que la
materia oscura debía ser del tipo Wimp, y que además, tenía que ser
"fría".
En su momento fue una propuesta controvertida. Pero,
recientemente, Frenk añadió modelos computarizados a esta teoría, creando
universos.
"Es un proceso simple", dice. "Lo único que
necesitas es gravedad y asumir una pocas cuestiones básicas".
Dos son clave. Una es que la materia oscura es de la
variedad WIMP y que es fría.
Los universos que surgen de su computadora son
indistinguibles del nuestro, lo cual apoya la teoría de la materia oscura fría.
Y, porque es parte de la simulación, puede hacerse visible.
La revelación de lo invisible. "Casi puedes
tocarla", dice entusiasmado Frenk.
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